miércoles, 30 de abril de 2014

Psicooncología

PSICOONCOLOGÍA


El comienzo de una enfermedad supone para la persona la pérdida de control del propio cuerpo y del mundo circundante. Con frecuencia, la experiencia de una enfermedad, por primera vez en la vida, produce una profunda sensación de vulnerabilidad y de pérdida de la autoestima. El hecho de enfermar cambia los puntos de vista del paciente respecto del futuro y de los demás. Su imagen de si mismo pasa a ser distinta a la de las personas sanas.

¿Qué sueles sentir cuando te dicen que tienes cáncer?

El cáncer suele ser sinónimo de dolor, incapacidad y muerte derivados de la evocación de recuerdos de casos de cáncer en conocidos, familiares o amigos cercanos y del olvido de los casos curados, surgen los mitos y aparece la idea del castigo divino por una culpa antigua. La presencia de cáncer es un evento catastrófico, asociado a la idea de muerte, incapacidad, desfiguro físico, dependencia y disrupción de la relación con otros.

¿Por qué es recomendable asistir a un grupo de apoyo?

Las intervenciones psicológicas se orientan al impacto emocional y a los sentimientos de pérdida de control que acompañan el comienzo de una enfermedad. Buscan beneficiar la adaptación personal fortaleciendo los recursos individuales.
La experiencia por la que se atraviesa al sufrir cáncer no depende solamente del pronóstico médico y del alcance del tratamiento, sino también se basa en gran medida en las conceptualizaciones previas de la enfermedad que tenga el paciente y en su estado psicológico.
A la mayoría de los pacientes, independientemente de su estado de ánimo anterior, el trauma del diagnóstico y los posteriores tratamientos les provoca reacciones de ansiedad, tristeza, indefensión y a veces hasta desesperanza. El diagnóstico genera un impacto emocional agudo al cual el psiquismo reacciona a través de un proceso adaptativo. Se movilizan cuestiones vinculadas a los afectos, sensaciones de pérdida, temores al dolor, al cambio, a la posible muerte, a su cuerpo, a los roles, etc.
Por este motivo es importante brindarle al paciente una ayuda psicológica y así ayudarle a asimilar y afrontar la enfermedad de la mejor forma posible, así se aconseja que el paciente con cáncer tenga psicoterapia individual o que asista a un grupo de apoyo o terapéutico para que pueda aprender a tratar su enfermedad y afrontar las dificultades psicológicas producidas a partir de esta.

¿En qué te ayudaría asistir al grupo de apoyo?

En el grupo de apoyo se pone en marcha un proceso emocional que crece con la progresión del trabajo terapéutico, del incremento de la confianza; de la posibilidad de acceder al conocimiento de sensaciones y sentimientos penosos (propios y de los demás), y acceder al análisis y elaboración de los mismos; con la intervención de un terapeuta especializado en el tema.
La tarea del profesional es acompañar y promover este proceso con intervenciones adecuadas, que estimulan el recuerdo y la comprensión respecto de cuál es el conflicto limitante y productor de sufrimiento. Los analistas participan con interpretaciones, haciendo comentarios y relacionando experiencias y sensaciones que se generan tanto en los integrantes del grupo y en el propio analista.

 Existen claras evidencias de la eficacia de los grupos de apoyo en los pacientes con cáncer. Un grupo conducido de forma profesional sirve para orientar, interpretar, contener y ayudar a expresar los sentimientos. A su vez tiene la ventaja de que los pacientes aprendan y perfeccionen sus capacidades interpersonales en un medio real.


http://www.capi.com.mx/html/servicios-terapia-grupos-de-apoyo-psico-oncologia-psicologia-tercera-edad.php

Sistema Endocrino en el Envejecimiento


SISTEMA ENDOCRINO



Como en todo el organismo, el sistema endocrino también se ve afectado por el paso del tiempo, de manera que las personas mayores también sufren un aumento o descenso de los efectos de diversas hormonas.


El sistema endocrino lo componen múltiples glándulas que secretan unas sustancias, las hormonas, que regulan otros muchos sistemas. Existen órganos diferenciados cuya única función es producirlas, como el tiroides, mientras que otros, como el páncreas, tienen una doble función (en este caso digestiva y endocrina al ser el encargado de producir insulina).
Los cambios en la secreción y función de las hormonas a lo largo de los años son sutiles. Lo más destacable es la disminución de la sensibilidad a la acción de la insulina, a pesar de una normal secreción por parte del páncreas, por resistencia de los receptores celulares de la insulina, lo que ocasiona intolerancia a la glucosa y en casos más avanzados, diabetes.


También se producen cambios en las hormonas sexuales, que en la mujer, al producirse la menopausia, son más acusados. La función ovárica está preprogramada en las mujeres desde la etapa embrionaria (hay tantos óvulos para desarrollar en tanto tiempo), de manera que cuando se “acaban” los óvulos cesa de forma bastante brusca el ciclo menstrual habitual y baja radicalmente la producción de hormonas femeninas. Por esto la mujer se vuelve infértil y se deterioran los caracteres sexuales secundarios: se produce un empobrecimiento del vello en las zonas sexuales, se da un cierto grado atrofia genital, así como del tejido mamario glandular, cuyo tamaño puede mantenerse a expensas del tejido graso, y se producen cambios psicológicos y de la libido.
En los hombres se da también una disminución de la secreción de testosterona, pero mucho más lenta y progresiva que conlleva una atrofia de los genitales y dificultades para conseguir y mantener una erección correcta.
En las personas mayores es frecuente ver también una disminución de la capacidad de reacción del tiroides, de manera que al organismo le es más difícil compensar las necesidades del cambio de ritmo metabólico. En ocasiones estas alteraciones son suficientemente intensas como para ocasionar un hipotiroidismo.
La secreción propia de corticoides ante fenómenos que produzcan estrés (tanto físico como psíquico) es menor, lo que disminuye la capacidad de adaptación del organismo.
Estos cambios, junto con las alteraciones en otros sistemas hormonales más específicos que controlan la estabilidad del medio interno y la relación con el ambiente, son parte fundamental de evolución hacia la fragilidad del anciano.



REFERENCIA
http://www.mapfre.es/salud/es/cinformativo/cambios-biologicos-endocrino-mayores.shtml 
Dra. Montse Queralt Especialista en Medicina de Familia y GeriatríaMédico Consultor de Advance Medical

Sistema Nervioso En La Vejez

SISTEMA NERVIOSO



CAMBIOS DEL SISTEMA NERVIOSO EN LA VEJEZ

A medida que las personas envejecen, el cerebro y el sistema nervioso atraviesan por cambios naturales. El cerebro y la médula espinal pierden peso y células nerviosas. Las células nerviosas pueden comenzar a transmitir mensajes más lentamente que en el pasado. Los productos de desecho se pueden acumular en el tejido cerebral, a medida que las células nerviosas se descomponen ocasionando placas y ovillos neurofibrilares. La lipofuscina (un pigmento graso de color marrón) también se puede acumular en el tejido nervioso.






A medida que los nervios se descomponen, los sentidos se pueden ver afectados. Los reflejos se pueden perder o verse reducidos, lo que lleva a problemas con el movimiento y la seguridad. Alguna ligera reducción en la capacidad cognitiva y en la memoria parece ser igualmente una parte normal del envejecimiento.

A pesar de estos cambios naturales, muchas personas tienen concepciones erradas acerca de la naturaleza y magnitud de estas modificaciones. Un mito común es que todas las personas de avanzada edad se vuelven seniles y muchas personas atribuyen el incremento de la confusión al hecho de “volverse viejo”, cuando realmente puede ser causado por una enfermedad.


Estos cambios no son los mismos en todas las personas. Algunas personas tienen muchos cambios físicos en sus nervios y tejido cerebral, mientras que otros tienen pocos cambios. Algunas personas tendrán atrofia y placas, algunas tendrán placas y ovillos neurofibrilares y algunas tendrán otros cambios.


Más aún, estos cambios no siempre están claramente relacionados con la forma como impactan la capacidad cognitiva de la persona. Por ejemplo, las placas y los ovillos neurofibrilares se asocian con la enfermedad de Alzheimer, pero otras personas con síntomas más graves presentan menos placas y ovillos neurofibrilares que las personas con síntomas que van de leve a moderado.






PROBLEMAS DEL SISTEMA NERVIOSO EN LA VEJEZ

Problemas como el delirio, la demencia y la pérdida de la memoria severa no son procesos normales del envejecimiento; sin embargo, pueden ser causados por trastornos degenerativos del cerebro como la enfermedad de Alzheimer.

Las enfermedades que no están relacionadas con el cerebro también pueden ocasionar cambios cognitivos y de comportamiento significativos; por ejemplo, casi cualquier infección puede generar confusión severa en los mayores. La no regulación de los niveles de glucosa en la diabetes es otra causa común de dificultad temporal en la capacidad cognitiva y el comportamiento. Así mismo, las fluctuaciones en los niveles de azúcar pueden causar alteraciones en la capacidad cognitiva.


Se recomienda hablar con el médico acerca de los cambios significativos que se presentan con relación a la memoria, la percepción o la capacidad para realizar una labor, especialmente si estos síntomas ocurren súbitamente o están acompañados de otros síntomas. Un cambio en la capacidad cognitiva, la memoria o el comportamiento se considera importante si difiere notoriamente de los patrones anteriores o si afecta el estilo de vida.




PREVENCIÓN:

Existe alguna evidencia de que la actividad física y el ejercicio mental moderado y continuo ayudan a mantener la capacidad cognitiva. Leer, hacer crucigramas y participar en conversaciones estimulantes, así como el ejercicio físico ordinario, pueden ayudar a mantener el cerebro tan lúcido como sea posible. Sin embargo, tales estrategias no han sido comprobadas.




REFERENCIAS
MEDLINE.Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 2007
2007

martes, 29 de abril de 2014

Sistema Inmunológico

¿Qué es el sistema inmunológico?


El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Por medio de una serie de pasos, su cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño. Cuando su sistema inmunológico está funcionando adecuadamente, le protege de infecciones que le causan enfermedad.
Los científicos han empezado a comprender el sistema inmunológico. Han podido entender el proceso en detalle. Los investigadores están generando más información sobre su funcionamiento y qué pasa cuando no anda bien.
 

El sistema inmunológico humano y las enfermedades infecciosas

A todos los seres vivos pueden atacarlos agentes causantes de enfermedades. Incluso las bacterias, tan pequeñas que un millón de ellas cabrían en la cabeza de un alfiler, tienen sistemas de defensa contra las infecciones por virus. Este tipo de protección se hace más sofisticado conforme los organismos se hacen más complejos.
Los animales multicelulares tienen células o tejidos que enfrentan exclusivamente la amenaza de infecciones. Algunas de estas respuestas son inmediatas, de tal manera que un agente infeccioso pueda contenerse rápidamente; otras son más lentas, pero también más específicas para el agente infeccioso. De manera colectiva, a esta protección se les conoce como sistema inmunológico. El sistema inmunológico humano es esencial para nuestra supervivencia en un mundo lleno de microbios potencialmente peligrosos, y un deterioro grave, incluso de una rama de este sistema, puede hacernos susceptibles a infecciones graves que ponen en peligro la vida.

Inmunidad no específica (innata)

El sistema inmunológico humano tiene dos niveles de inmunidad: específica y no específica. A través de la inmunidad no específica, también llamada inmunidad innata, el cuerpo humano se protege en contra de cuerpos extraños que percibe como nocivos. Se puede atacar a microbios tan pequeños como los virus y las bacterias, al igual que a organismos más grandes como los gusanos. Colectivamente, a estos organismos se les llama patógenos cuando pueden provocar enfermedades en el huésped.

Algunos glóbulos blancos (fagocitos) combaten los patógenos que logran atravesar las defensas exteriores; un fagocito envuelve a un patógeno, lo absorbe y lo neutraliza.


Inmunidad específica

Aunque los fagocitos saludables son vitales para la buena salud, no pueden enfrentar ciertas amenazas infecciosas. La inmunidad específica es un complemento de la función de los fagocitos y otros elementos del sistema inmunológico innato.
En contraste con la inmunidad innata, la específica permite una respuesta dirigida en contra de un patógeno concreto; solamente los vertebrados tienen respuestas inmunológicas específicas.
Dos tipos de glóbulos blancos, llamados linfocitos, son vitales para la respuesta inmunológica específica. Los linfocitos se producen en la médula espinal, y maduran para convertirse en uno de diversos subtipos, los dos más comunes son las células T y las células B.
Un antígeno es un cuerpo extraño que provoca una respuesta de las células T y B. El cuerpo humano tiene células B y T específicas para millones de antígenos diferentes. Por lo general, pensamos que los antígenos son parte de los microbios, pero pueden estar presentes en otros ambientes; por ejemplo, si una persona recibió una transfusión de sangre que no coincidía con su tipo de sangre, podría activar reacciones de las células T y B.
Una manera útil de imaginar las células B y T es la siguiente: las células B tienen una propiedad esencial, pueden diferenciarse y madurar para convertirse en células plasmáticas que producen una proteína, conocida como anticuerpo, que se dirige específicamente a un antígeno en particular. No obstante, las células B por sí solas no son muy buenas para producir anticuerpos, y dependen de que las células T generen una señal para comenzar el proceso de maduración. Cuando una célula B bien informada reconoce el antígeno contra el cual está codificado para responder, se divide y produce muchas células plasmáticas; entonces éstas secretan grandes cantidades de anticuerpos, que combaten a los antígenos específicos que circulan en la sangre.
Las células T se activan cuando un fagocito en particular, conocido como célula presentadora de antígeno (APC, por sus siglas en inglés), muestra el antígeno específico de la célula T, ésta combinada (en su mayoría humana, pero que exhibe un antígeno para la célula T) es un activador de los diversos elementos de la respuesta inmunológica determinada.
Un subtipo de célula T, conocida como célula T colaboradora, realiza diversas funciones. Las células T colaboradoras liberan sustancias químicas para:
  • Ayudar a que las células B se activen y dividan en células plasmáticas
  • Llamar a los fagocitos para que destruyan los microbios
  • Activar las células T asesinas
Una vez activadas, las células T asesinas reconocen las células infectadas del cuerpo y las destruyen.
Las células T reguladoras (también llamadas células T supresoras) ayudan a controlar la respuesta inmunológica; reconocen cuando se ha contenido una amenaza y envíen señales para detener el ataque.


Órganos y tejidos

Las células que forman la respuesta inmunológica específica circulan en la sangre, pero también se encuentran en diversos órganos. Dentro del órgano, los tejidos inmunológicos permiten que maduren las células inmunológicas, atrapan patógenos y brindan un lugar donde las células inmunológicas pueden interactuar entre sí y establecer una respuesta determinada. Los órganos y tejidos involucrados en el sistema inmunológico incluyen al timo, la médula ósea, los nódulos linfáticos, el bazo, el apéndice, las amígdalas y las placas de Peyer (en el intestino delgado).
Infección y enfermedad
La infección surge cuando un patógeno invade las células del cuerpo y se reproduce. Por lo general, la infección conducirá a una respuesta inmunológica, si ésta es rápida y eficaz, la infección quedará eliminada o contenida con tal rapidez que no se producirá la enfermedad.
Algunas veces la infección conduce a la enfermedad (aquí nos centraremos en la enfermedad infecciosa y la definiremos como un estado de infección marcado por síntomas, o por evidencia de la enfermedad). La enfermedad puede surgir cuando la inmunidad es baja o está dañada, cuando la virulencia del patógeno (su capacidad de dañar las células del huésped) es alta, y cuando la cantidad de patógenos en el cuerpo es muy grande.
Dependiendo de la enfermedad infecciosa, los síntomas pueden variar considerablemente. La fiebre es una respuesta usual a la infección: una temperatura del cuerpo más elevada puede intensificar la respuesta inmunológica y generar un ambiente hostil para los patógenos. La inflamación ocasionada por un aumento en el fluido del área infectada es un signo de que los glóbulos blancos atacan y liberan sustancias que tienen que ver con la respuesta inmunológica.
La vacunación trabaja para estimular una respuesta inmunológica específica que generará otras respuestas determinadas para que las células B y T actúen contra cierto patógeno. Después de la vacunación, o de la infección natural, las células con memoria a largo plazo persisten en el cuerpo, y pueden conducir a respuestas más rápidas y eficaces en caso de que el cuerpo se encuentre de nuevo con el patógeno.
La vacunación trabaja para estimular una respuesta inmunológica específica que generará células B y T con una memoria determinada para actuar contra cierto patógeno. Estas células con memoria persisten en el cuerpo, y pueden conducir a respuestas más rápidas y eficaces en caso de que el cuerpo se encuentre de nuevo con el patógeno.





Fuentes de información

Hunt R. Virology: Rhinoviruses. Microbiology and Immunology Online. University of South Carolina. http://pathmicro.med.sc.edu/virol/rhino.htm Acesado el 15 enero 2014.
The Merck Manual: Home Edition. Biology of Infectious Diseases.http://www.merckmanuals.com/home/infections/biology_of_infectious_disease/overview_of_infectious_disease.htmlAcesado el 15 enero 2014.
The Merck Manual: Home Edition. Biology of the Immune System. http://www.merckmanuals.com/home/immune_disorders/biology_of_the_immune_system/overview_of_the_immune_system.html  Acesado el 15 enero 2014

http://www.arthritis.org/espanol/salud-y-vida/su-cuerpo/sistema-inmunologico/